La revista Newsweek eligió a los 100 mejores libros de la historia, The Guardian escogió los 1.000 libros que todo ciudadano debería leer y ahora la publicación británica The Times ennumeró los mejores 60 libros de las últimas seis décadas.
Con motivo del aniversario de su revista, elaboró la lista con los mejores libros de cada año, desde 1949 hasta hoy. El Times no menciona a autores clave del último medio siglo, como Capote, Bellow o Tolkien. En cambio, figuran Ian Fleming, JK Rowling (Harry Potter y la Piedra Filosofal, 1997) y Stephenie Meyer (Twilight, 2005).
A diferencia de Newsweek, que se basaba en listas previas de The Guardian, Telegraph y del mismo Times, esta elección se basa sólo en el gusto de sus redactores.
La nómina arranca con 1984 de Orwell (1949); El león, la bruja y el ropero de CS Lewis (1950), y El guardián entre el centeno de Salinger (1951), y prosigue con un mix donde caben Casino Royale de Fleming (1953), Lolita de Nabokov (1955), Nuestro hombre en La Habana de Graham Greene (1958), Americana de Don DeLillo (1972), Las brujas de Salem de Stephen King (1975), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Murakami (1998), Desgracia de Coetzee (1999) y Crepúsculo de Meyer (2005).
Isabel Allende figura con su debut La casa de los espíritus (1982) y es una de los dos autores de habla española: el otro es García Márquez, con El amor en los tiempos del cólera, 1985. No figuran ni Vargas Llosa ni Borges ni Cortázar.
En 2007, año de la publicación de Los detectives salvajes, el elegido es Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini. En 2009 ganó “El pequeño desconocido”, de Sarah Waters.
Opinión.
Al respecto, el Reportero de la Historia escribió:
"Revisar listas siempre resulta un ejercicio intelectual estimulante. Esta una lista sobre los mejores libros de los últimos 60 años publicada en Times online. Revisándola me encuentro con algunos títulos que he leído y releído en mis años universitarios (Doctor Zhivago, El Gatopardo, Nuestro hombre en La Habana). Sin embargo debo confesar que a algunos de ellos los desconozco por completo (Trainspotting), así como hay otros que no leería de ningún modo (El león, la bruja y el ropero). Así fuese el único libro sobre la tierra (Dune). Una lista bastante bien elaborada, aunque tengo la sospecha de que algunos títulos han sido incluidos para satisfacer a todos los públicos (incluso, a los menos exigentes). Como estos dos: La Casa de los espíritus y Harry Potter."
domingo, 28 de febrero de 2010
viernes, 26 de febrero de 2010
El Florido Pensil
Por Cayetano
De Andrés Sopeña Monsalve.Memoria de la escuela nacionalcatólica. Espejo del viejo y rancio fascismo a la española, obsesionado por moldear conciencias y forjar patriotas.
Recuerdos de una infancia sin televisión y sin videoconsolas, tiempos de la Enciclopedia Álvarez, la radio, el cine con NODO, Franco inaugurando pantanos y las películas de “Yon Vaine” matando indios, época de los tebeos políticamente correctos de Roberto Alcázar y Pedrín (para diseñar a aquél, su autor se inspiró en José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la Falange Española, emulador ibérico de Mussolini))
El Florido Pensil: humor y crítica de la escuela franquista de posguerra.
La escuela donde además de aritmética y ortografía se estudiaban las glorias patrias: el Cid, el descubrimiento de América, los Reyes Católicos, el yugo y las flechas, la Cruzada nacional ...
Hablando de los Reyes Católicos “Doña Isabel era muy blanca y muy guapa, buena y humilde como una santa, y quería a España con todo su corazón. Don Fernando era muy valiente y muy listo” (de Agustín Serrano de Haro, Yo soy español, citado en la obra)
La escuela donde se aprendía también que “Los excitantes como el café, el tabaco, el alcohol, los periódicos, la política, el cine y el lujo, minan y gastan sin cesar nuestro organismo” (De El muchacho español, de José María Salaverría, citado por el autor )
Y luego venían los ejercicios de matemáticas. Vaya problemas que ponían a los chicos en aquella escuela:
“De un camino de 350 kilómetros hemos andado 60 km. Representa en forma fraccionaria el camino recorrido y el que falta por recorrer”
¡Vaya caminata!
“Una casa que gasta cuatro litros diarios de vino, puede optar entre comprar el vino por litros a 2,50 pesetas uno, o por barriles de 240 litros a 540 pesetas cada uno...”
¡Cuánto borrachín!
Dice el autor: “Claro que tampoco eran malas las profesiones de lechero o tabernero, ¿eh? Porque el agua de la fuente era gratis y manaba y manaba...”
“Un revendedor de leche compró 6 Dl a 2,75 pesetas el litro. Le echó 12 litros de agua y la vendió a 0,25 pesetas más barata. ¿Cuánto ganó?” o
“A 200 litros de vino de 2,4 pesetas le he echado 25 litros de agua ¿A cómo sale el litro de mezcla?”
Sin comentarios.
miércoles, 24 de febrero de 2010
Lengua madre
Por Giulya.
En la caja hay una foto que la conmueve, una donde su madre ha de haber tenido la edad que ella tiene ahora. La imagen de colores desvaídos la remite a otro mundo, es el documento de una ausencia que podría tocar. Muda, de espaldas junto a la ventana de la cocina, en la casa de Aldao, con una niña que no es su hija en los brazos, una mañana o una tarde de invierno, su madre mira hacia la calle, alza ligeramente la cabeza, pensando en qué, esperando tal vez la oportunidad de decir algo, y ella se hunde en el territorio de los muertos, en la búsqueda desesperada de lo que fue, en la necesidad de comprender lo que pasó. Pueda que tenga que ver el que haya crecido en una familia de inmigrantes italianos tan propensos al melodrama, una familia donde la vida de los otros, los que vivieron antes, estaba siempre muy presente. Ella vio eso, formó parte de eso, se crió con gente grande en una casa donde nada era más importante que el amor, y entonces se pregunta porqué las cosas habrán sucedido de ese modo y por qué sus padres –por qué su madre que como ella se ha criado en esa casa- habrán ahogado sus mejores sentimientos para correr detrás de una idea… No sabe si será capaz de aceptar las respuestas que encuentre a esas preguntas, pero quisiera descubrirle un sentido a lo que ve, entender quién es y cómo fue que se hizo de ese modo, entenderlo a través de lo que hay en la caja.
(Fragmento)
(Fragmento)
jueves, 18 de febrero de 2010
UNA LECTURA DE EL QUIJOTE
Por Cayetano
Yo siempre he afirmado que entre la Historia y la Literatura hay vínculos estrechos, espacios comunes, porque las obras son hijas de su tiempo. Y así como el arte nos sirve para entender mejor una época, las obras literarias nos permiten conocer mejor el tiempo en que fueron escritas.
Cervantes conoció dos siglos y vivió la época de Felipe II y la de Felipe III.
El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha es una obra renacentista, pero también es una obra con pinceladas barrocas.
La primera parte se publica en 1605. La segunda parte ve la luz en 1615
Aparecida durante el reinado de Felipe III, se trata de una novela a caballo –nunca mejor dicho para una supuesta novela de caballerías- entre dos épocas, las que conoció su autor:
La perteneciente al siglo XVI, época de esplendor, de los llamados Austrias Mayores, victoria de Lepanto incluida, ocasión de orgullo para un damnificado Cervantes, que finaliza cuando llega Felipe III.
Y la relativa a la decadencia de los Austrias menores, donde España dejará de ser una potencia de primer orden, y que tiene su inicio también con el “incapaz” Felipe III y el suceso desafortunado de la expulsión de los moriscos en 1609, al que luego haremos mención.
Comparemos brevemente las dos partes de la obra.
En el prólogo de la primera parte hay humor, poesías de tono divertido, sonetos burlescos de diversos personajes del mundo de la caballería andante.
El autor se propone utilizar su personaje para ridiculizar las novelas de caballerías y para hacernos reír con sus locas historias.
La primera parte es más optimista y vitalista. Nuestro caballero es el “Ingenioso Hidalgo”, el personaje resuelve situaciones, actúa sobre los acontecimientos, los enredos son más cómicos, de los percances el caballero se recupera siempre y su optimismo le hace seguir buscando nuevas aventuras...
La misión del caballero es “desfacer entuertos”, ayudar a los abandonados por la fortuna. Y hay gigantes, que no molinos. Y hay ejércitos, que no rebaños. Y hay dama agraciada, que no ruda moza. Y hay yelmo de Manbrino, que no bacía de barbero. Y hay un vizcaíno peleón que habla una “mala lengua castellana”. Y hay un bálsamo de “Fierabrás” con efectos secundarios insospechados. Es decir: situaciones casi siempre muy cómicas.
En la segunda parte, ya en el prólogo, la cosa empieza a ponerse seria. Cervantes se queja del plagio de un tal Avellaneda y de sus insultos indirectos al ser llamado viejo y manco. Cervantes se defiende:
“Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.”
La segunda parte es más cruda, más pesimista, más enrevesada y barroca, como corresponde a la época, hay más crueldad, las burlas son más duras, las bromas sufridas son de peor gusto (véase el asunto de la Ínsula Barataria) , los acontecimientos pueden con el personaje, nuestro hidalgo se convierte en el “caballero de la triste figura”, los apaleamientos o “molimientos” son más duros, sus caídas son lamentables y tristes... ya no se repone tan fácilmente de las derrotas. Cuando el Caballero de la Blanca Luna –o sea, el bachiller Sansón Carrasco- le vence, don Quijote sufre una doble derrota: física y moral. Abandona. Tira la toalla. Al final todo se resuelve con muerte, una muerte doble: la del caballero primero, al recobrar la cordura, y la de don Alonso Quijano después.
Sobre el asunto de la expulsión de los moriscos, al que antes hacía referencia al referirme a Felipe III, hay una clara alusión en El Quijote, concretamente en el capítulo 54 de esta segunda parte,.
Ricote, paisano y vecino de Sancho Panza, aparece disfrazado de peregrino para que no lo reconozcan. Invita a Sancho a comer a la sombra de unos árboles y el escudero comenta:
“Pero lo que más campeó en el campo de aquel banquete fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya de su alforja; hasta el buen Ricote, que se había transformado de morisco en alemán o en tudesco, sacó la suya, que en grandeza podía competir con las cinco”Cervantes utiliza el asunto del vino con la clara intención de demostrar que los moriscos son cristianos conversos. ¿Dónde se ha visto si no que los musulmanes beban vino?
Más adelante, refiriéndose a la expulsión, el propio Ricote comenta:
“Fuimos castigados con la pena del destierro, blanda y suave al parecer de algunos, pero al nuestro, la más terrible que se nos podía dar. Doquiera que estamos lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural”
Un exilio forzoso más en nuestra historia.
Fuente imagen: wikipedia
Yo siempre he afirmado que entre la Historia y la Literatura hay vínculos estrechos, espacios comunes, porque las obras son hijas de su tiempo. Y así como el arte nos sirve para entender mejor una época, las obras literarias nos permiten conocer mejor el tiempo en que fueron escritas.
Cervantes conoció dos siglos y vivió la época de Felipe II y la de Felipe III.
El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha es una obra renacentista, pero también es una obra con pinceladas barrocas.
La primera parte se publica en 1605. La segunda parte ve la luz en 1615
Aparecida durante el reinado de Felipe III, se trata de una novela a caballo –nunca mejor dicho para una supuesta novela de caballerías- entre dos épocas, las que conoció su autor:
La perteneciente al siglo XVI, época de esplendor, de los llamados Austrias Mayores, victoria de Lepanto incluida, ocasión de orgullo para un damnificado Cervantes, que finaliza cuando llega Felipe III.
Y la relativa a la decadencia de los Austrias menores, donde España dejará de ser una potencia de primer orden, y que tiene su inicio también con el “incapaz” Felipe III y el suceso desafortunado de la expulsión de los moriscos en 1609, al que luego haremos mención.
Comparemos brevemente las dos partes de la obra.
En el prólogo de la primera parte hay humor, poesías de tono divertido, sonetos burlescos de diversos personajes del mundo de la caballería andante.
El autor se propone utilizar su personaje para ridiculizar las novelas de caballerías y para hacernos reír con sus locas historias.
La primera parte es más optimista y vitalista. Nuestro caballero es el “Ingenioso Hidalgo”, el personaje resuelve situaciones, actúa sobre los acontecimientos, los enredos son más cómicos, de los percances el caballero se recupera siempre y su optimismo le hace seguir buscando nuevas aventuras...
La misión del caballero es “desfacer entuertos”, ayudar a los abandonados por la fortuna. Y hay gigantes, que no molinos. Y hay ejércitos, que no rebaños. Y hay dama agraciada, que no ruda moza. Y hay yelmo de Manbrino, que no bacía de barbero. Y hay un vizcaíno peleón que habla una “mala lengua castellana”. Y hay un bálsamo de “Fierabrás” con efectos secundarios insospechados. Es decir: situaciones casi siempre muy cómicas.
En la segunda parte, ya en el prólogo, la cosa empieza a ponerse seria. Cervantes se queja del plagio de un tal Avellaneda y de sus insultos indirectos al ser llamado viejo y manco. Cervantes se defiende:
“Lo que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino en la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.”
La segunda parte es más cruda, más pesimista, más enrevesada y barroca, como corresponde a la época, hay más crueldad, las burlas son más duras, las bromas sufridas son de peor gusto (véase el asunto de la Ínsula Barataria) , los acontecimientos pueden con el personaje, nuestro hidalgo se convierte en el “caballero de la triste figura”, los apaleamientos o “molimientos” son más duros, sus caídas son lamentables y tristes... ya no se repone tan fácilmente de las derrotas. Cuando el Caballero de la Blanca Luna –o sea, el bachiller Sansón Carrasco- le vence, don Quijote sufre una doble derrota: física y moral. Abandona. Tira la toalla. Al final todo se resuelve con muerte, una muerte doble: la del caballero primero, al recobrar la cordura, y la de don Alonso Quijano después.
Sobre el asunto de la expulsión de los moriscos, al que antes hacía referencia al referirme a Felipe III, hay una clara alusión en El Quijote, concretamente en el capítulo 54 de esta segunda parte,.
Ricote, paisano y vecino de Sancho Panza, aparece disfrazado de peregrino para que no lo reconozcan. Invita a Sancho a comer a la sombra de unos árboles y el escudero comenta:
“Pero lo que más campeó en el campo de aquel banquete fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya de su alforja; hasta el buen Ricote, que se había transformado de morisco en alemán o en tudesco, sacó la suya, que en grandeza podía competir con las cinco”Cervantes utiliza el asunto del vino con la clara intención de demostrar que los moriscos son cristianos conversos. ¿Dónde se ha visto si no que los musulmanes beban vino?
Más adelante, refiriéndose a la expulsión, el propio Ricote comenta:
“Fuimos castigados con la pena del destierro, blanda y suave al parecer de algunos, pero al nuestro, la más terrible que se nos podía dar. Doquiera que estamos lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural”
Un exilio forzoso más en nuestra historia.
Fuente imagen: wikipedia
lunes, 15 de febrero de 2010
Grandes reliquias de la historia, presentan:
El Santo Prepucio
Por Kay
Jesús, es obvio, habría sido circuncidado, aunque en los evangelios no hay casi referencia a ello (para eliminar cualquier tufo judío, ya saben ustedes). En los apócrifos sí, claro, que son los que molan. Allí se cuenta hasta cómo el sagrado prepucio extraído al Señor fue metido en un tarro de conservante de flores (nota mental: no hacer chiste sobre capullos, sería demasiado fácil) y guardado en casa de un perfumista, hijo de la matrona de María.
Según la leyenda, Juan Bautista le entregó el prepucio en el frasco a María Magdalena. Ya sabemos lo que le molaba a esta buena mujer todo lo que estuviera relacionado con su Chus. Y aquí surge la primera duda teológica. Espero que estén ustedes preparados.
Dado que el prepucio estaba separado del cuerpo de Jesús cuando éste ascendió al cielo (amojamado en un frasco, para más señas), ¿ascendió también el prepucio o se quedó en la tierra? ¿Lo haría también el sudor suyo vertido en la Sábana Santa? ¿Y la sangre vertida, el pelo y las uñas?
Dado que si no la cosa se liaría mucho más, además de resultar el tema algo truculento, los teólogos decidieron que no, que las partes extras se quedaron y se pudrieron en la tierra. Salvo el santo prepucio conservado en líquido para flores, claro.
Según parece, según se dice, se comenta, el pellejito sagrado del Redentor de la humanidad fue pasando de unos a otros a lo largo de los siglos. Muchos revindicaron estar en posesión de tan importante reliquia: abadías, emperadores, Papas, etc. Quizá su mayor usuario fue Carlomagno, según comentaba él. Según parece, un ángel, como si de un mamporrero celestial se tratase, le regaló el prepucio en su noche de bodas. Y así se descubrió la propiedad que tenía: aumentaba la potencia sexual de aquel que lo poseyera hasta límites, digamos, divinos. No todos los días puede uno fornicar bajo la influencia del pellejito momificado del hijo de Dios. Habría que aprovecharlo, obviamente. Lo que me pregunto es si el ángel se quedaría para ver si la reliquia cumplía con su propósito.
Desde entonces, se suceden las leyendas y los marujeos cual programa de Tele 5. Otra de las más disparatadas nos cuenta que el santo prepucio se encontraba “prisionero” en Jerusalén y que el rey Balduino I lo recuperó y lo envió al monasterio de Anvers. Falso o no, en 1426 se constituyó en esta ciudad, y esto es totalmente verídico, la Hermandad van der heiliger Besnidenissen ons liefs Heeren Jhesu Cristi in onser liever Vrouwen Kercke t'Antwerpen, destinada a la protección de la reliquia. Hoy les tirarían piedras por frikis.
Por cierto que también se ha asegurado que el pellejito se encontraba en Roma, Santiago de Compostela, Amberes, Burgos, etc. Tras las Cruzadas había en Europa catorce prepucios sagrados. Así que o bien Jesús tenía catorce penes cual dios hindú o alguno era falso. Lástima que la Iglesia se niegue siempre a que sus reliquias pasen por el Carbono-14.
El culto a dicha reliquia fue derogado a comienzos del siglo XX. La Iglesia Católica tomó esta decisión argumentando que quizá el interés por ella podría ser calificado como “curiosidad irrespetuosa”. No, si algo de morboso tiene el temita, la verdad.
Muchos aclamados y aburridos teólogos han escrito sobre el pellejito del Niño Dios a lo largo de los siglos. Quizá quien más investigó sobre un tema tan relevante fue, a finales del siglo XVII, el erudito y teólogo católico León Alacio, en su obra De Praeputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba ("discusión acerca del Prepucio de Nuestro Señor Jesucristo"). En dicha obra, Alacio especulaba con la idea de que el Santo Prepucio pudo haber ascendido al Cielo al mismo tiempo que Jesús y se habría convertido en los anillos de Saturno. Tal cual, chatos. Como bien dice mi amigo Javier: “¡Hay que conseguir ese libro como sea!”
sábado, 13 de febrero de 2010
La Isla de los 5 Faros.
La Isla de los 5 Faros es un “librito” de muy fácil lectura e imprescindible no solo para comunicadores sino para toda aquella persona que desee transmitir un mensaje, con la certeza de ser no solo escuchado sino comprendido… La eterna y difícil tarea de llegar al otro.
Me gustó mucho, me gusta, lo leo y releo de vez en cuando, me gusta la forma tierna de Ferrán Ramón - Cortes de narrar, me da envidia su visita a las islas, sobre todo a los faros con los que tengo fijación desde muy chica pese a que nací muy lejos del mar, aun así siempre sentí su mensaje, único. Tal vez por eso este libro que hoy comparto me llegó más. Imperdibles las 5 claves de la comunicación que narra como conclusión. Las tres primeras hacen referencia a la construcción, la planificación del mensaje que queremos dar. Las dos últimas versan sobre el acto de comunicar en sí mismo, su escenificación.
“Este es un libro para comunicar. Para comunicarse. Delante de mil personas o de sólo dos. En el trabajo o en nuestra vida personal. Los secretos son los mismos.”
Ferrán Ramón –Cortés
Después de ofrecer una conferencia que le había costado semanas de preparación, Ferrán sintió la decepción del fracaso. Su mensaje no había llegado al auditorio, y no podía entender por qué.
Max, su viejo profesor, se encontraba entre el público. Con sinceridad y cariño le dio su opinión: “Te han seguido con interés. Pero no te han comprado”
Ferrán necesitaba ayuda, y Max le hizo una sugerencia: “Si todavía tienes aquel refugio en Menorca, ve a pasar unos días allí y observa los faros”.
Me gustó mucho, me gusta, lo leo y releo de vez en cuando, me gusta la forma tierna de Ferrán Ramón - Cortes de narrar, me da envidia su visita a las islas, sobre todo a los faros con los que tengo fijación desde muy chica pese a que nací muy lejos del mar, aun así siempre sentí su mensaje, único. Tal vez por eso este libro que hoy comparto me llegó más. Imperdibles las 5 claves de la comunicación que narra como conclusión. Las tres primeras hacen referencia a la construcción, la planificación del mensaje que queremos dar. Las dos últimas versan sobre el acto de comunicar en sí mismo, su escenificación.
“Este es un libro para comunicar. Para comunicarse. Delante de mil personas o de sólo dos. En el trabajo o en nuestra vida personal. Los secretos son los mismos.”
Ferrán Ramón –Cortés
Después de ofrecer una conferencia que le había costado semanas de preparación, Ferrán sintió la decepción del fracaso. Su mensaje no había llegado al auditorio, y no podía entender por qué.
Max, su viejo profesor, se encontraba entre el público. Con sinceridad y cariño le dio su opinión: “Te han seguido con interés. Pero no te han comprado”
Ferrán necesitaba ayuda, y Max le hizo una sugerencia: “Si todavía tienes aquel refugio en Menorca, ve a pasar unos días allí y observa los faros”.
jueves, 11 de febrero de 2010
Los cuentos más cortos del mundo.
Por Cayetano
Augusto Monterroso, el escritor hondureño, autor de bellísimos y originales relatos, Premio Nacional de Literatura en Guatemala, Premio Príncipe de Asturias en España y otros galardones, escribió el que estuvo considerado durante mucho tiempo el cuento más corto del mundo que transcribo a continuación con permiso de sus herederos:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
Luego parece que le desbancó del podium el cuento titulado "El emigrante" del mexicano Luis Felipe Lomelí :
“¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!”
¿Qué quisieron decir sus autores?
Se admiten interpretaciones de ambos cuentos.
Augusto Monterroso, el escritor hondureño, autor de bellísimos y originales relatos, Premio Nacional de Literatura en Guatemala, Premio Príncipe de Asturias en España y otros galardones, escribió el que estuvo considerado durante mucho tiempo el cuento más corto del mundo que transcribo a continuación con permiso de sus herederos:
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”
Luego parece que le desbancó del podium el cuento titulado "El emigrante" del mexicano Luis Felipe Lomelí :
“¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!”
¿Qué quisieron decir sus autores?
Se admiten interpretaciones de ambos cuentos.
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Impecable documento gráfico e histórico, de la mano de Cayetano ¡Imperdible!
miércoles, 3 de febrero de 2010
Cuentos sobre la Guerra Civil Española
Por Cayetano.
"Partes de guerra", edición de Ignacio Martínez de Pisón, una recopilación de relatos de grandes escritores españoles de diferentes ideologías y sensibilidades, treinta y cinco historias que nos hablan de aquel conflicto, desde el frente o desde la retaguardia, desde la zona republicana o desde la zona nacional. La Guerra Civil española vista de formas muy diversas.
El orden de las historias no es el de la fecha de la elaboración de las mismas, sino el orden cronológico al que ellas aluden. Se inicia el libro con un relato de Manuel Rivas, "La lengua de las mariposas", tema llevado al cine por José Luis Cuerda.
lunes, 1 de febrero de 2010
El poema entre los escombros - Literatura y Haití
Por Gary Vila Ortiz
Para muchos americanos Haití parece representar un nuevo país que acaba de hacer nacer el horror de un terremoto. Para unos cuantos estudiosos de América en general, pero especialmente de lo que solemos denominar Latinoamérica o Hispanoamérica, da la sensación que Haití era algo que pertenecía a otra galaxia. Se pasa en alto con llamativa frecuencia que Haití es el primer país en independizarse y transformarse en república (en 1804). Se puede pensar que el hecho de ser una colonia francesa, habitada por esclavos negros, la haga inexistente para algunos. No nos llamaría la atención si se tratara de aquellos que hacen del racismo su bandera. Pero no es así. Hay un buen número de autores que nada tienen de racistas para los cuales Haití no pasa de ser una nota a pie de página. Ahora, el olor que producen cerca de doscientos mil cadáveres ha sido algo más que una molestia hasta para los olfatos menos sensibles. Para algunos resultaba una curiosidad que les comentara que en Haití había una buena cantidad de poetas, casi todos ellos escribiendo en francés, pero alguno lo hacía en español.
"Estás macaneando", me dijeron y buscaron dos o tres libros en los cuales Haití, o la probable existencia de una literatura haitiana era una invención, una imitación de algún relato admirable de Borges. Por mi parte tenía conocimiento de esos libros, y sabía que era cierto. En la "Antología de la poesía hispanoamericana" de Juan Gustavo Cobo Borda, Haití carece de existencia. En esta antología en particular no me extrañó demasiado esa ausencia. Tiene lo que el autor debe considerar un criterio selectivo estricto para los autores representados; por nuestra parte se trata de algo que acaso pueda tener alguna justificación crítica, pero pone en evidencia una verdadera estrechez en la mirada que ignora demasiado.
En otro libro, "Historia de la literatura hispanoamericana", de Claude Cymerman y Claude Fell, se pasa por alto la existencia de Haití. Pedro Henríquez Ureña es una de las figuras más queridas de la América Hispana. Se trata sin duda de alguien a quien parece ajena toda forma de ignorancia. Por eso uno debe preguntarse por qué esa ausencia de Haití en su libro "Las corrientes literarias en la América Hispana". Es una obra con una riquísima bibliografía que también nos depara alguna sorpresa. La colección panamericana, publicada por Jackson, Buenos Aires, 1945, consta de 32 volúmenes que contienen reseñas culturales de los países latinoamericanos. Haití, por cierto, no figura. Queremos mencionar un cuarto libro, pero no lo tenemos a mano y confiamos en nuestra memoria envejecida para citarlo. Se trata de "La novela hispanoamericana del siglo XX", de John Brushwood obra en la cual no se menciona a Haití ni para decir que allí no se publicaron novelas de ninguna especie. En cuanto a otras fuentes que hemos consultado, para no utilizar tan sólo la memoria, referidas a la realidad política de los países hispanoamericanos, mencionaremos dos.
Una de ellas es el libro "Entre la libertad y el miedo" de Germán Arciniegas. Esta obra estuvo prohibida durante largo tiempo en nuestro país, y de ella teníamos una primera edición que mi padre me trajo de Chile. No tengo esa primera edición pero sí la que hizo la Editorial Sudamericana en 1956. Es en este libro en el cual, en dos capítulos titulados "El torbellino del Caribe" si se menciona a Haití, ese país, como dice Arciniegas en su obra, es un país con hogueras , tambores y vudú. Luego aclara que si en algún lugar del mundo la lucha por la libertad fue brutal, fue en Haití. "Es el caso único de una nación de esclavos negros que se haya enfrentado a una gran nación europea, a la más poderosa nación occidental, como lo era Francia bajo Napoleón, para derrotarla y formar una república". Hay que tener en cuenta que se trató de un parto demasiado doloroso. "Francia se retiró nos sigue diciendo Arciniegas condenando al hambre a la república naciente. (") Para la Francia imperial era duro dejar una isla de esclavos que le producía varias veces lo que todas las trece colonias de Inglaterra combinadas". La historia de Haití siguió siendo trágica hasta el presente. Una tragedia que parecían no tener en cuenta sus hermanos latinoamericanos. El único que tuvo en cuenta a los haitianos fue Trujillo, el feroz tirano dominicano. Pero los tuvo en cuenta para asesinarlos. Fue hacia 1937 que Trujillo ordenó la gran matanza de haitianos en las regiones fronterizas. Fue una masacre; como fue una infamia difícil de definir adecuadamente lo que el mismo Trujillo dijo al respecto: "Se que los dominicanos serán felices el día en que puedan salir de los haitianos. Yo me encargaré de eso. Ayer 300 haitianos matados en Banica. Este no es sino el principio". Como dato significativo cabe apuntar que poco antes de la gran matanza, la academia dominicana había pedido el Premio Nobel de la Paz para ese asesino. La historia de Haití sigue luego por un idéntico camino de horror y pobreza, no olvidando que la pobreza haitiana es por sí misma un horror. En 1957, con el apoyo de los Estados Unidos, toma el poder en Haití François Duvalier, conocido como Papá Doc, pues era médico de profesión y asesino por vocación. Hizo imperar el terror hasta su muerte en 1971. Fue el creador del Tonton Macaute, su policía secreta, célebre por su crueldad. Por si eso fuera poco deja al morir, como herencia, a su hijo, Jean Claude, que inmediatamente es nombrado presidente vitalicio; fue derrocado en febrero de 1986.
El otro libro, que a mí me parece un documento válido para la cabal comprensión de lo que ocurre hoy, es el "Panorama de las naciones del mundo", escrito por Sumner Welles, que fue subsecretario de Estado de los Estados Unidos, antes que finalizara la Segunda Guerra Mundial, pero ya se avizoraba su fin. Por eso, en inglés, el título definía su intención: "An Intelligent American`s Guide to the Peace", es decir una guía inteligente para la paz que se avecinaba para los americanos del norte. Se podrá decir que era un libro tendencioso, posiblemente es cierto, pero el autor no oculta desde que sitio lo escribía. La obra, como ya dijimos, se escribe antes de la rendición de Alemania y por cierto que la del Japón: aún no habían sido arrojadas las bombas atómica. Mirar los mapas que incluye pueden sorprender incluso a los más interesados en la historia del siglo XX. En cuanto a lo que dice Sumner Welles de Haití pone en evidencia una mirada bastante objetiva: la señala como la primera república establecida en Latino América y puntualiza lo que hasta hoy es una realidad: es la única nación americana cuyo gobierno, desde 1804, es de, para y por los negros que por 1944 constituían el 95% de la población; los mulatos eran el otro 5%.
Habla también de la influencia africana en su cultura popular y señala que el catolicismo (en esos momentos su práctica era mayoritaria) en algunos sitios se encuentra modificado por modelos africanos. Todavía no habían ocurrido los feroces treinta años en que detentaron el poder los Duvalier, padre e hijo. Pese a todo lo dicho, en ese país hubo y hay, como no podía ser de otra manera, poetas. En un texto de Eduardo Dalter, publicado como presentación de la poesía de Haití en "Cuaderno Carmín", número 16, Buenos Aires, 2001, se habla de los poetas haitianos. Ese texto es reproducido en el "blog" que dirige Daniel J. Montoly que se encuentra dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana. Es en ese "blog", denominado "El Wrong Side", literatura sin tapujos, sin cuentagotas y a rajatablas, se habla de algunos de esos poetas Jacques Roumain (1907 1944); Jacques Stéphen Alexis (1922 1961); Jacques Viau (1942 1965); Félix Morisseau Leroy (1912, ignoramos si murió o no); Anthony Phelps (1928) y René Philoctete (1932 1998). Volveremos sobre estos poetas: ahora el espacio tolera sólo un fragmento harto significativo. Es de Félix Morisseau que escribe en "creole". Es el final de su poema "Así ocurrió":
"Cuando algo pesa demasiado
para las fuerzas de un blanco
llaman a un negro para que las cargue
Después bailamos
cantamos, tocamos el tambor
tocamos el bambú
Nuestra espalda es muy ancha
Cargamos la cruz
cargamos el fusil
cargamos el cañón
ayudamos al blanco
cargamos los crímenes
cargamos los pecados
cargamos por todos".
Para muchos americanos Haití parece representar un nuevo país que acaba de hacer nacer el horror de un terremoto. Para unos cuantos estudiosos de América en general, pero especialmente de lo que solemos denominar Latinoamérica o Hispanoamérica, da la sensación que Haití era algo que pertenecía a otra galaxia. Se pasa en alto con llamativa frecuencia que Haití es el primer país en independizarse y transformarse en república (en 1804). Se puede pensar que el hecho de ser una colonia francesa, habitada por esclavos negros, la haga inexistente para algunos. No nos llamaría la atención si se tratara de aquellos que hacen del racismo su bandera. Pero no es así. Hay un buen número de autores que nada tienen de racistas para los cuales Haití no pasa de ser una nota a pie de página. Ahora, el olor que producen cerca de doscientos mil cadáveres ha sido algo más que una molestia hasta para los olfatos menos sensibles. Para algunos resultaba una curiosidad que les comentara que en Haití había una buena cantidad de poetas, casi todos ellos escribiendo en francés, pero alguno lo hacía en español.
"Estás macaneando", me dijeron y buscaron dos o tres libros en los cuales Haití, o la probable existencia de una literatura haitiana era una invención, una imitación de algún relato admirable de Borges. Por mi parte tenía conocimiento de esos libros, y sabía que era cierto. En la "Antología de la poesía hispanoamericana" de Juan Gustavo Cobo Borda, Haití carece de existencia. En esta antología en particular no me extrañó demasiado esa ausencia. Tiene lo que el autor debe considerar un criterio selectivo estricto para los autores representados; por nuestra parte se trata de algo que acaso pueda tener alguna justificación crítica, pero pone en evidencia una verdadera estrechez en la mirada que ignora demasiado.
En otro libro, "Historia de la literatura hispanoamericana", de Claude Cymerman y Claude Fell, se pasa por alto la existencia de Haití. Pedro Henríquez Ureña es una de las figuras más queridas de la América Hispana. Se trata sin duda de alguien a quien parece ajena toda forma de ignorancia. Por eso uno debe preguntarse por qué esa ausencia de Haití en su libro "Las corrientes literarias en la América Hispana". Es una obra con una riquísima bibliografía que también nos depara alguna sorpresa. La colección panamericana, publicada por Jackson, Buenos Aires, 1945, consta de 32 volúmenes que contienen reseñas culturales de los países latinoamericanos. Haití, por cierto, no figura. Queremos mencionar un cuarto libro, pero no lo tenemos a mano y confiamos en nuestra memoria envejecida para citarlo. Se trata de "La novela hispanoamericana del siglo XX", de John Brushwood obra en la cual no se menciona a Haití ni para decir que allí no se publicaron novelas de ninguna especie. En cuanto a otras fuentes que hemos consultado, para no utilizar tan sólo la memoria, referidas a la realidad política de los países hispanoamericanos, mencionaremos dos.
Una de ellas es el libro "Entre la libertad y el miedo" de Germán Arciniegas. Esta obra estuvo prohibida durante largo tiempo en nuestro país, y de ella teníamos una primera edición que mi padre me trajo de Chile. No tengo esa primera edición pero sí la que hizo la Editorial Sudamericana en 1956. Es en este libro en el cual, en dos capítulos titulados "El torbellino del Caribe" si se menciona a Haití, ese país, como dice Arciniegas en su obra, es un país con hogueras , tambores y vudú. Luego aclara que si en algún lugar del mundo la lucha por la libertad fue brutal, fue en Haití. "Es el caso único de una nación de esclavos negros que se haya enfrentado a una gran nación europea, a la más poderosa nación occidental, como lo era Francia bajo Napoleón, para derrotarla y formar una república". Hay que tener en cuenta que se trató de un parto demasiado doloroso. "Francia se retiró nos sigue diciendo Arciniegas condenando al hambre a la república naciente. (") Para la Francia imperial era duro dejar una isla de esclavos que le producía varias veces lo que todas las trece colonias de Inglaterra combinadas". La historia de Haití siguió siendo trágica hasta el presente. Una tragedia que parecían no tener en cuenta sus hermanos latinoamericanos. El único que tuvo en cuenta a los haitianos fue Trujillo, el feroz tirano dominicano. Pero los tuvo en cuenta para asesinarlos. Fue hacia 1937 que Trujillo ordenó la gran matanza de haitianos en las regiones fronterizas. Fue una masacre; como fue una infamia difícil de definir adecuadamente lo que el mismo Trujillo dijo al respecto: "Se que los dominicanos serán felices el día en que puedan salir de los haitianos. Yo me encargaré de eso. Ayer 300 haitianos matados en Banica. Este no es sino el principio". Como dato significativo cabe apuntar que poco antes de la gran matanza, la academia dominicana había pedido el Premio Nobel de la Paz para ese asesino. La historia de Haití sigue luego por un idéntico camino de horror y pobreza, no olvidando que la pobreza haitiana es por sí misma un horror. En 1957, con el apoyo de los Estados Unidos, toma el poder en Haití François Duvalier, conocido como Papá Doc, pues era médico de profesión y asesino por vocación. Hizo imperar el terror hasta su muerte en 1971. Fue el creador del Tonton Macaute, su policía secreta, célebre por su crueldad. Por si eso fuera poco deja al morir, como herencia, a su hijo, Jean Claude, que inmediatamente es nombrado presidente vitalicio; fue derrocado en febrero de 1986.
El otro libro, que a mí me parece un documento válido para la cabal comprensión de lo que ocurre hoy, es el "Panorama de las naciones del mundo", escrito por Sumner Welles, que fue subsecretario de Estado de los Estados Unidos, antes que finalizara la Segunda Guerra Mundial, pero ya se avizoraba su fin. Por eso, en inglés, el título definía su intención: "An Intelligent American`s Guide to the Peace", es decir una guía inteligente para la paz que se avecinaba para los americanos del norte. Se podrá decir que era un libro tendencioso, posiblemente es cierto, pero el autor no oculta desde que sitio lo escribía. La obra, como ya dijimos, se escribe antes de la rendición de Alemania y por cierto que la del Japón: aún no habían sido arrojadas las bombas atómica. Mirar los mapas que incluye pueden sorprender incluso a los más interesados en la historia del siglo XX. En cuanto a lo que dice Sumner Welles de Haití pone en evidencia una mirada bastante objetiva: la señala como la primera república establecida en Latino América y puntualiza lo que hasta hoy es una realidad: es la única nación americana cuyo gobierno, desde 1804, es de, para y por los negros que por 1944 constituían el 95% de la población; los mulatos eran el otro 5%.
Habla también de la influencia africana en su cultura popular y señala que el catolicismo (en esos momentos su práctica era mayoritaria) en algunos sitios se encuentra modificado por modelos africanos. Todavía no habían ocurrido los feroces treinta años en que detentaron el poder los Duvalier, padre e hijo. Pese a todo lo dicho, en ese país hubo y hay, como no podía ser de otra manera, poetas. En un texto de Eduardo Dalter, publicado como presentación de la poesía de Haití en "Cuaderno Carmín", número 16, Buenos Aires, 2001, se habla de los poetas haitianos. Ese texto es reproducido en el "blog" que dirige Daniel J. Montoly que se encuentra dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana. Es en ese "blog", denominado "El Wrong Side", literatura sin tapujos, sin cuentagotas y a rajatablas, se habla de algunos de esos poetas Jacques Roumain (1907 1944); Jacques Stéphen Alexis (1922 1961); Jacques Viau (1942 1965); Félix Morisseau Leroy (1912, ignoramos si murió o no); Anthony Phelps (1928) y René Philoctete (1932 1998). Volveremos sobre estos poetas: ahora el espacio tolera sólo un fragmento harto significativo. Es de Félix Morisseau que escribe en "creole". Es el final de su poema "Así ocurrió":
"Cuando algo pesa demasiado
para las fuerzas de un blanco
llaman a un negro para que las cargue
Después bailamos
cantamos, tocamos el tambor
tocamos el bambú
Nuestra espalda es muy ancha
Cargamos la cruz
cargamos el fusil
cargamos el cañón
ayudamos al blanco
cargamos los crímenes
cargamos los pecados
cargamos por todos".
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