Hoy cuando alguien me preguntó -a modo de saludo- ¿cómo andás?, sin darme cuenta, sin pensar ni analizar la respuesta dije: - como Pedro Páramo.
No sé si es este deambular entre una realidad que me golpea y la magia de la imaginación que me sostiene hizo que relacionara. Si de repente necesito desaparecer/me y darle lugar a mi/s álter… que se ocupen de esta estructura “construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas”, o que otras/os se hagan cargo y vayan llenando los vacíos que mis palabras no se atreven…
Cuando llegué a casa busqué algo distinto sobre esta maravillosa obra – que por cierto, no necesita mis halagos-. Encontré este prólogo de Jorge Volpi que compré, hice mío y se los traigo, incompleto… obvio!
Pedro Páramo, nadie puede prescindir esta lectura
Prólogo
Jorge Volpi
Jorge Volpi
Si el hombre es polvo
Esos que andan por el llano
Son hombres.
Esos que andan por el llano
Son hombres.
OCTAVIO PAZ
Tantas veces se ha repetido que Pedro Páramo es la mejor novela mexicana del siglo xx que con ello se olvida que es, simplemente, una de las mejores novelas del siglo pasado.
Diversos mitos han dificultado un reconocimiento aún mayor de su importancia: en primer lugar, ha tenido que lidiar con la fama de ser la novela mexicana «por excelencia», dejando a un lado su modernidad y su vigor universal; en segundo, ha debido soportar el desprecio de
algunos críticos -incluido un célebre jurado del premio Nobel- ante su escaso centenar y medio de páginas, cuando en ellas se cifra un universo literario completo. Por si no fuera suficiente, las lecturas meramente antropológicas o realistas de su estilo han ocultado la extraordinaria invención lingüística que su autor logró en ella, e incluso su rápida celebridad ha tenido que eludir los rumores malediciente, sobre todo en el medio mexicano, que despreciaron el talento de Rulfo aduciendo que él nunca imaginó el resultado final del
libro, reconstruido por las manos de amigos, consejeros y correctores que todavía hoy se disputan su paternidad. Son tan numerosos los lugares comunes que la crítica ha esparcido, que resulta casi imposible desprenderse de ellos.
Aun así, quizás convenga eludir por un momento el caudal de tesis, artículos, reseñas y notas escritas en torno a él para recuperar el asombro que produjo tras su aparición en 1955 y que se repite cada vez que un lector desprejuiciado se adentra en sus páginas. Si el título original escogido por Rulfo para esta obra era Los murmullos -más sobrio pero menos contundente que Pedro
Páramo-, es necesario evitar que esos murmullos asesinen también a quien inicia el viaje hacia ese limbo que es Comala.
La célebre línea con que inicia la novela -«Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo»-- posee la fuerza profética de las obras maestras. En efecto,Juan Preciado, el narrador de la novela, no dice « fui», sino «vine»: se dirige a nosotros desde las profundidades de Comala. Todas las palabras que estamos a punto de escuchar, más que de leer, provienen, pues, de los labios de un muerto. A Juan Preciado le parece que las voces de los difuntos que va encontrando a su paso son como rumores y murmullos, pero
cuando él nos los comunica ya ha pasado a formar parte de la nómina de fantasmas que lo rodean. Empeñado en rastrear la verdad, Juan Preciado pagará su osadía con su única herencia, la vida...
Fue la pionera, la que abrió el camino al boom de la narrativa latinoamericana de los años 60, antes de Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes...
ResponderEliminarUna novela donde los protagonistas son los muertos.
Creo que empezaba así:
"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo."
Imprescindible.
Un saludo.
No conocia esta novela. Gracias por la recomendación Lenny!
ResponderEliminarHola cielo gracias por tu comentario
ResponderEliminarun beso
Esas zonas de Jalisco donde discurre la novela creeme son magicas, me encanta el México rural es mucho mas auténtico que el urbanita.
ResponderEliminarAmiga, tendre que volver esta novela... Leyendo tus palabras senti añoranza...
ResponderEliminarNo he tenido la suerte de haber leido "Pedro Paramo" pero si unos pequeños relatos de una recopilación suya de Alianza Editorial.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con el prologo de Jorge Volpi.
Un beso